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Rellenar estanterías será cosa de robots, por Sergio Galarza

Hace dos meses leí un artículo en el que aparecía una lista de trabajos que desaparecerán por el empleo de robots y las nuevas tecnologías. De inmediato empecé a revisar más artículos y en casi todos la lista la encabezaban los agentes de viajes y los cajeros de supermercados. Era una lista larga que además señalaba los años que le quedaban a cada trabajo. Busqué el mío. No había librero

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Entrevista a Sergio Galarza, por David Pérez Vega

Sergio Galarza (Lima, 1976) ha escrito los libros de cuentos Matacabros y La soledad de los aviones; además, en la editorial Candaya, ha publicado una trilogía de novelas sobre Madrid y la vida en las grandes ciudades contemporáneas, compuesta por los títulos Paseador de perros (2009, Premio Nuevo Talento FNAC), JFK (2012) y La librería quemada (2014). Ha colaborado en revistas como Etiqueta Negra, Letras libres o El estado mental.

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Una canción de Bob Dylan en la agenda de mi madre de Sergio Galarza, una lectura de David Pérez Vega

Una canción de Bob Dylan en la agenda de mi madre, de Sergio Galarza. Editorial Candaya. 157 páginas. 1ª edición de 2017. De Sergio Galarza (Lima, 1976) había leído, hasta ahora, dos libros: Paseador de perros (2009) y La librería quemada (2014), que forman parte de una especie de trilogía «sobre Madrid y la soledad en las ciudades contemporáneas» (leemos en la contraportada de su último libro), de la que

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Los libros que nadie quiere, por Sergio Galarza

¿Han visto esas pilas de libros que parecen todos el mismo (sobre todo los de Novela Negra) y que inundan los espacios más visibles de las cadenas de librerías? Apuesto a que para la mayoría de clientes esos libros son los campeones de la literatura. Pues se equivocan, de todos esos títulos los editores se conformarán con que dos o tres entren en la lista de los más vendidos. Son

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Querido ladrón, por Sergio Galarza

Me ha costado lo de querido. Hace unos días había hecho un esfuerzo de autoengaño para escribir estimado, que ya me parecía bastante irónico y no golpeaba mi autoestima, y después de lo sucedido la semana pasada debería darme igual llamarte querido que hijo de puta, pero me sigue jodiendo que vengas y te lleves tres, cuatro, una colección completa de libros escondidos en tu mochila o en una maleta

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