Nota de prensa

LA COLECCIÓN PHOTOBOLSILLO DESCUBRE LA FIGURA Y OBRA DEL FOTÓGRAFO NAVARRO PEDRO MARÍA IRURZUN

DIRECTORA DE COMUNICACIÓN
Isabel Cisneros
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isabel.cisneros@lafabrica.com

 

Un libro con 70 imágenes, principalmente de retratos, estilo en el que dominó en su época, junto a fotografías de automovilismo y deportes, otra de sus grandes pasiones y campo de experimentaciones formales.

Las imágenes provienen del Museo de Navarra, entidad que custodia el archivo del fotógrafo y que coedita el libro con La Fábrica.

Maestro en el dominio del lenguaje y con gran conocimiento técnico, Irurzun hizo del retrato su género predilecto, creando un importante archivo de personajes conocidos de los años 40 y 50 del siglo XX.

El libro se completa con el prólogo Cool-jazz, que firma la doctora en Historia del Arte, comisaria y crítica Celia Martín Larumbe.

96 páginas | Español-Inglés | 13x 18 cm | PVP 14,50 € | ISBN 978-84-18934-93-3

Conocido principalmente como retratista, el fotógrafo navarro Pedro María Irurzun fue heredero del estilo fotográfico anglosajón, buen conocedor de la cultura visual de los años treinta del pasado siglo, y en su obra adoptó de forma natural los códigos fotográficos de la Nueva Fotografía.

La colección PHotoBolsillo presenta su último título, que está dedicado a la obra de este autor, un gran desconocido hasta el momento a nivel nacional, que ofrece un trabajo de gran interés y relevancia en su época. Un volumen que cuenta con 70 imágenes y un texto de la comisaria y crítica Celia Martín Larumbe que descubre la trayectoria y obra del autor.

De formación autodidacta, Irurzun siempre se confesó heredero del estilo anglosajón. Sus imágenes llevan al observador a recordar los trabajos de grandes autores en los que se miraba, como Cecil Beaton, Horst P. Horst, Louise Dahl-Wolfe o Irving Penn.

Irurzun dotó al retrato de estudio, su género predilecto, de un estilo único y característico. Entre 1940 y 1958 va definiendo un lenguaje personal, caracterizado por la creación de atmósferas irreales y de espacios neutros y sofisticados. A la vez, documentó la realidad social del momento en instantáneas que retrataban fielmente la vida corriente en el norte del país.

La calidad de los trabajos de Pedro María Irurzun y lo distintivo de su voz creativa pivotan sobre el dominio del lenguaje fotográfico y un profundo conocimiento técnico. El empleo del encuadre, la composición y la iluminación, el acierto en la selección de negativos y su procesado posterior se combinan en su obra con la intuición visual y el estilo personal.

Este libro incluye una completa colección de retratos de personajes conocidos de los años cuarenta y cincuenta a los que hacía posar en su estudio, en el que creaba una atmósfera muy especial conversando con los retratados, algo que se plasma de forma clara en cada una de las imágenes. Muchos de estos personajes provenían del mundo de la música, de la que era un apasionado seguidor: directores de orquesta, compositores y solistas, españoles y extranjeros, desfilaron en los años cincuenta ante su objetivo.

En colaboración con su mujer, la también fotógrafa Lydia Anoz, realizó algunas incursiones en el mundo de la publicidad. Publicó sus imágenes, junto a diversos artículos, en las revistas Sombras y Arte Fotográfico, y participó en multitud de salones fotográficos de la época, además de ser socio fundador de la Agrupación Fotográfica y Cinematográfica de Navarra. Su prematura muerte, a los 56 años, truncó una de las carreras más singulares de la fotografía en Navarra.

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